Desde tiempos remotos la conchena nos ha acompañado en nuestras vidas, si bien es cierto que no hemos tenido constancia de su existencia hasta que no hemos ido por primera vez a la playa. A simple vista las conchenas agradan la vista haciendo la playa mucho más bonita, aunque a la hora de la verdad eso no es del todo correcto.
Cuando te diriges a bañarte en el agua tienes que hacer el trayecto desde tu toalla que normalmente suele estar lo más alejada posible del agua hacia la orilla y en ese trayecto te sueles acordar de la madre de todas las conchenas. Te destrozas la planta del pie clavandote las conchenas o te partes el talón pisando la parte dura de la conchena. Como podemos ver, al fin y al cabo ya no son tan bonitas como parecían.
La vida de los galetes se remontan a los tiempos antiguos cuando los críos al hacer alguna pillería les tiraban de las orejas, antiguamente no se utilizaba el galete como tal, fue posteriormente cuando el galete se cambió por un golpe en la oreja que hacía mucho más daño y era mucho más efectivo. Este sistema ha sufrido muchos cambios a lo largo de su existencia y que ya comentaremos más adelante.